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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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05-02-2014

 

 

 


 

 

 


Dos Plebiscitos

(Memorias de un francotirador)

SURda

Opinón

Fernando Moyano

 

 

A mi nota anterior sobre los plebiscitos contra la ley de impunidad, quiero agregar ahora algunas cosas que recojo de mi experiencia personal. Participé en ambos, fueron plebiscitos muy diferentes, y mi participación también. Hoy, el tema de esos plebiscitos, “perdidos” ambos, aparece una y otra vez en los debates del presente.

Esta vez voy a empezar al revés, por el rosado , para remontarme luego al verde

HISTORIA (Y PREHISTORIA) DE UNA IDEA

Después de la derrota del voto verde, en ese caso SÍ es cierto , se instaló el prejuicio “el pueblo laudó”. Fue muy difícil romper ese obstáculo, reforzado aun más en el Congreso del FA a fines de 2003 (“ sacrificar todo por la victoria electoral” ) y la campaña de Tabaré anunciando que mantendría la ley de impunidad

Sin embargo, la idea de volver a dirimir la cuestión en las urnas fue planteada casi inmediatamente de ese Congreso

“ Si el pueblo dice sí o no en una consulta popular, esto no es una apuesta a la eternidad. El pueblo puede cambiar de opinión, lo que hoy es sí mañana es no”, decía Eduardo Galeano (1)

Antes de eso incluso, en febrero 2004 en el número inaugural de “ la lucha continúa” (2) , contestando los argumentos de ese Congreso, decíamos:

“ Aún si el plebiscito del 89 no hubiese sido resultado del amedrentamiento, la amenaza de golpe si la ley caía, y todas las presiones extorsivas complementarias, la instancia plebiscitaria no agrega nada. Es una ley que puede derogarse como cualquier otra. Y un plebiscito también cae con otro plebiscito (por ejemplo una reforma constitucional que constitucionalice esas convenciones internacionales )”  (Subrayado ahora)

Impulsamos esta idea en soledad. En un reportaje que le hicimos a Óscar López Goldaracena (que luego fue el redactor del proyecto de reforma constitucional) para la lucha continúa  en  junio 2006, hablando sobre ese camino, él estaba en contra. Su planteo era la anulación por vía parlamentaria (3)

En el Primer Congreso de la Tendencia Clasista y Combativa, en setiembre 2006 – es decir un año antes de la campaña de recolección de firmas - propusimos orgánicamente la idea. En la instancia de pre-congreso la habíamos presentado en un artículo publicado en el órgano de prensa de ese nucleamiento de militantes sindicales y sociales (que en ese tiempo agrupaba a la casi totalidad de las corrientes combativas)

Ese título “ ¿Pedirle peras al olmo o plantar nosotros los perales?” aludía, obviamente, a no esperar que el parlamento anulase la ley. He aquí el planteo desarrollado:

“ El método que más nos atrae es la reforma constitucional para incorporar los convenios internacionales contra los crímenes de lesa humanidad, la tortura y el genocidio y hacer caer así la ley de impunidad expresamente y sin ambigüedades ni escapatorias , en nuestros propios términos. Tiene varias ventajas sobre una ley de iniciativa popular (otro camino propuesto): es más barata (250 mil firmas contra 600 mil) y rotunda y radical, Tabaré no la puede vetar, no depende de la manito de los diputados sino solamente de nuestras propias manos, y nos permite avanzar más abarcando el tema de democratizar la justicia eliminando del Código Penal los resortes fascistas con los que hoy nos golpean, y otros aspectos imprescindibles.
Pero por sobre todas las cosas, apela a la gente, una vez más "para que el pueblo decida". Hoy necesitamos –y nuestro pueblo necesita y merece- esa victoria política en ese terreno, el de la democracia directa. Revertir aquella derrota con un logro permanente.
Ni las leyes ni la Constitución son el poder real. Esto por sí solo no será la derrota de la impunidad , habrá otras peleas. Pero si no me presento a las eliminatorias nunca podré jugar la final.
Hoy debemos inclinarnos sobre la tierra en que se da la lucha política actual, y ensuciarnos con ellas las manos. Si no plantamos los frutales nunca tendremos los frutos”  (También, subrayados ahora)

No tuvimos suerte. Varios compañeros adujeron que primero había que discutir la táctica y la experiencia de los plebiscitos anteriores, ganados pero no respetados.

Si en el Frente Amplio el argumento era que se había perdido un plebiscito, en la izquierda combativa era (además) haber ganado otros

Esta enumeración de antecedentes no tiene el objetivo de reivindicar ninguna primacía, ya que como vemos de poco sirvió. Solamente explicar lo sucedió a continuación

“ Francotirador” , qué duda cabe. Me integré entonces en forma individual a la Comisión Nacional. Mis amables compañeros de la izquierda combativa me dejaron solo, lo que era totalmente coherente con su modo de pensar en ese momento

Como dije, esto ocurrió un año antes del lanzamiento de la campaña. En todo ese año, esa discusión sobre táctica y experiencias plebiscitarias no se dio

Por último, y una vez que el PIT-CNT comenzó a impulsar la campaña de recolección de firmas, la militancia sindical combativa terminó acompañándola, sin ninguna capacidad de incidencia en la orientación política, ni pudiendo evitar el corset burocrático.

Por ejemplo, si un sindicato o una federación se aparecían por su propia cuenta en la Comisión Nacional, se lo paraba aduciendo que el lugar sindical allí era exclusivamente para la representación central del PIT-CNT

Lo más curioso es que yo, “loco suelto”, “francotirador”, “paracaidista”, etc., concurría a las reuniones de la Comisión Nacional u otras instancias de la estructura sin que nadie objetase nada, en tanto estaba allí desde el primer momento

No puedo decir qué podría haber pasado si las corrientes combativas hubiesen impulsado la iniciativa desde el principio intentando ganar su lugar en el terreno, y con una orientación política consecuente y no conciliadora. Tal vez las cosas no hubiesen resultado mucho mejor, difícilmente hubiesen salido peor

DE ESCAPADO A INTEGRANTE DEL PELOTÓN

De modo que me tocó quedar allí, colgado del paracaídas. Muy mal, pero...

·  Si hubiese (con algunos otros aventureros, por medio de maniobras o acuerdos sin principios) formado una mayoría, copado, bonaparteado, usurpado, etc., (bueno, ya sabemos que otros lo hacen) sería otra cosa. Pero era un Llanero Solitario que solamente hacía tres cosas: a) Trabajar por la campaña. b) Informar lo que se hacía. c) Ser una voz discordante (escuchada y nada más) si correspondía discrepar.

·  Si hubiese sido el único paracaidista allí... No lo era, de una forma u otra era el caso de muchos porque no había otra. Militantes individuales muy prestigiosos pero en ese momento inorgánicos, profesionales que estaban por su cuenta, representantes de organizaciones muy pequeñas, o de organizaciones más grandes pero poco comprometidas en el tema por el momento y que los dejaban hacer, etc. Todos estábamos allí remando contra la desinformación, la apatía, el descreimiento, y también contra la oposición cerrada. Cosas así pasan muchas veces en el “sustitucionismo” propio de los momentos de reflujo.

 Si las cosas hubiesen seguido así, sin un flujo , sin cambios, hubiésemos sido un grupo de “visionarios” que predica en el desierto, como a veces ocurre. No fue el caso

La campaña comenzó un proceso irreversible. Otros paracaidistas comenzaron a llegar. Después, ya eran avanzadillas del malón que se venía.

En el “interregno quieto” entre la recolección de firmas y la campaña por el voto las cosas se habían puesto espesas. La “inspiración divina” me hizo recoger el paracaídas y retirarme sin hacer ruido de aquel puesto solitario, justo un poco antes de que llegasen las hordas

Que fue lo que ocurrió. En el clima propicio de la campaña por el voto se formó la “Coordinación de Vecinos” juntando grupos combativos que venían trabajando sueltos desde antes. Esto permitió definir un perfil propio y plantarse en la campaña de otra manera

Volví entonces a la Comisión Nacional formando parte de la delegación de la Coordinación de Vecinos. Habiendo estado antes allí un año colgado de los piolines, pisar ahora tierra firme fue toda una novedad. Pero fue todavía mejor

Los grupos de jóvenes que habían estado trabajando en la campaña también se estructuraron. Desplegaron una intensa actividad, muy creativa. Frente a ellos estaba la estructura de la Comisión Nacional, con todos los obstáculos de su estilo de trabajo, y distintos grados de compromiso político con la fuerza de gobierno (que era en parte la causa de esas trabas)

Los jóvenes se la llevaron puesta. El movimiento de vecinos se puso a trabajar junto con los jóvenes en la marcha de cierre de campaña “ El último 20” . Un desborde de movilización social auto-organizada de una gran riqueza

Aquel día 200 mil personas pasamos bajo la ventana de la 36. Creo que no se enteraron

TE PONÉS A JUNTAR FIRMAS Y TE OLVIDÁS DE TODO LO DEMÁS

En el voto verde no había sido francotirador sino soldado de infantería. Unos soldados raros, porque allí el soldado se organizaba por su cuenta y disputaba el mando.

Estuve desde el principio en movimiento de las comisiones barriales pro-referéndum. Cito a Matilde en reportaje Brecha en set/87:

“ - Y luego la organización en los sectores populares en los barrios, ¿fue difícil?

“ - No, eso no fue difícil. Las comisiones barriales surgieron solas, rápidamente, como hongos. Cuando se constituyó la Comisión Nacional, en Montevideo había 250 y en el interior estaban casi todas en vías de creación”

El movimiento de comisiones barriales participó de la estructura “oficial” pero tuvo una organización autónoma, con lineamientos propios, tratando de sacarle el mayor jugo político al tema. Con los Comités de Base teníamos una “guerra fría”, pero impusimos nuestros territorios liberados.

La campaña incluía relevar el barrio, las calles, las casas, los lugares de concentración, de trabajo, de recreación, las organizaciones existentes con las que se podía hacer contacto (casi todas y las más diversas), llegar a todos los medios de comunicación grandes medianos y pequeños incluyendo radios comunitarias, periódicos barriales y sindicales, estudiar todos los argumentos y ángulos del problema, hacer volantes, boletines, campañas de finanzas, recibir diferentes contribuciones, montar puestos de recolección, hablar todo lo que se podía con la gente, buscar los lugares para hacerlo, o crearlos (por ejemplo recitales), crear organización, estructura, delegar tareas. Desde la planilla de organización hasta los plenarios de evaluación (que entre otras cosas incluían talleres y distintas dinámicas grupales).

También había que discutir con la Comisión Nacional y los partidos políticos, desde los aspectos conceptuales hasta los detalles instrumentales, los alcances de la campaña y los temas de fondo, el por qué y el cómo de cada cosa. Y no era una discusión fácil

Fue una gigantesca escuela política auto-organizada y además “trans-disciplinaria”. Entraban pibes sin formación ni experiencia y salían cuadros de primera. Había que organizarse y al mismo tiempo discutir qué organización, cómo y por qué .

La primer lección es que la organizada es la única que sirve. La segunda es que no por eso tenés que aceptar cualquier plancha organizativa que te pongan, por más credenciales y medallas con que vengan

Aprendí muchísimo en esa campaña, también en términos ideológicos y culturales.

Como un trofeo guardo este homenaje que nos hicieron en un medio de prensa del Partido Colorado. Homenaje involuntario y de rebote, abrieron la boca antes de tiempo:

“ Cada nueva firma es más difícil que la anterior. Es que ya se han ejercido todas las presiones posibles. Ya no queda casa donde no se haya requerido la firma no una sino dos y tres veces. No queda paredón donde no se haya pintado un cartel o pegado un afiche. No quedan “jornadas para convocar”. No queda medio de comunicación que no haya sido utilizado . No quedan eslóganes para cambiar. No quedan firmas”. Boletín interno de “Libertad y Cambio”, junio 1987.

Cuando escucho ahora como objeción contra el plebiscito que al juntar firmas se abandonan otras tareas militantes, me parece que los compañeros razonan como si juntar firmas fuese juntar 500 firmas.

Juntar firmas incluye un trabajo mecánico de recolección, comprobación, registro, sumarización, y otras tareas administrativas. Y todo eso se quita del tiempo que se podría dedicar a otras cosas, claro está.

Si son 500 firmas, a eso habrá agregar un local para recibirlas, y un aviso en Facebook llamando a firmar. Y con eso estamos.

Si en vez de 500 son 250 mil, 500 x 500, ese trabajo mecánico se multiplica por 500, y el tiempo que se “quita” de otras tareas, también.

¡Pero ese es el problema menor! Cuando se trata de cientos de miles, el tema principal es convencer a la gente , a las “grandes masas”. Eso implica una campaña política en profundidad

No sé si eso se hará en esta campaña contra la megaminería. Lo que sé, en base a la experiencia que yo mismo viví , es que si no se hace no hay ninguna chance, y aun si se hace eso no asegura el éxito, solamente tener una posibilidad

¿Te tenés que olvidar de todo lo demás? Puede ser una forma de decirlo, la otra sería: tenés que acordarte de incluir todo lo demás . La campaña tiene que incluir todo eso, que no voy a enumerar de nuevo . Todo eso que hubo que hacer en el voto verde

Anexo. Un cuento de francotiradores

Vasili Záitsev fue un francotirador del Ejército Soviético que tuvo una muy destacada actuación en la Batalla de Stalingrado. Condecorado varias veces. Yo no creo que le interesasen las medallas, pero sí se quedó con la mira del rifle del más importante enemigo que logró vencer, un mayor alemán, aristócrata prusiano, maestro de francotiradores, que vino expresamente a eliminarlo. La mira hoy se exhibe en un museo. Vasili abatió a más de 240 soldados y oficiales nazis, incluyendo once francotiradores. Estos hechos están relatados -aunque con varias “licencias artísticas”- en la película “ Enemigo al acecho ”, de Jean-Jacques Annaud ( La guerra del fuego , El Oso , El nombre de la ros a, etc.)

Me gustó la frase del comisario amigo de Vasili antes de morir, obviamente el tipo estaba celoso pero dice una gran verdad. “ Quisimos hacer una sociedad sin pobres ni ricos, pero siempre habrá pobres y ricos. Pobres en talento, ricos en talento; pobres en amor, ricos en amor”. Vasili era un campesino ruso que aprendió a cazar lobos desde niño. Su sobrenombre era Nievi

Silvio Rodríguez lo menciona en “Ojalá”: “ Ojalá pase algo que te borre de pronto, una luz segadora, un disparo de Nievi ”. Escuchen bien la canción y no le den bola a las letras truchas que aparecen en Internet, Silvio no dice “nieve”, dice Nievi.

¿Qué es un francotirador? Un soldado con una función diferente, solamente eso. Hace cosas diferentes a los otros. Ninguno de nosotros es Vasili ni por asomo, eso está claro. Pero hacemos lo que podemos. En la historia según Annaud, Vasili tuvo que pasar tres días sin comer ni dormir ni moverse casi, escondido en las ruinas una fábrica abandonada, al acecho de ese enemigo experto francotirador alemán.

Reíte no más, a veces el francotirador emboca

Notas:

1) Memorias.ur , mayo-junio 2004. Publicación de la Fundación Vivian Trías.

2) la lucha continúa es un boletín electrónico de frecuencia semanal publicado entre febrero 2004 y mayo 2006, continuación de la revista Alfaguara . El artículo mencionado es este: http://www.elistas.net/lista/cmarxen2/archivo/indice/1/msg/1/

3) López Goldaracena fue previamente autor de la Ley sobre “Genocidio, Crímenes de Lesa Humanidad, Crímenes de Guerra y Cooperación con la CPI

 


 
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